“The night of the nightlife”: Kisses

Escuchar a Kisses puede situarnos en un plano tanto familiar como nuevo, bajo influencia de Arthur Russell y Will Powers, esta pareja originaria de Los Angeles, California trae un sonido electrónico pop con tintes de Indie. Kisses es más que una invitación a la pista de baile, con sus delicados acordes, guitarras suaves y sonidos electrónicos, crea una paralela realidad de antaño. El dúo formado por Jesse Kivel y Zinzi Edmunson, es la nueva forma de decir: Los años ochenta pueden regresar en cualquier momento. Siendo éste, un proyecto alterno de Jesse Kivel, quien junto con su hermano Matt forman parte de Princeton; Jesse crea un sonido no muy lejano que bien podría considerarse como una evolución de su banda.

Kisses sorprende con sus tonalidades cambiantes en cada track. Su disco titulado The Heart of the Nightlife contiene nueve versátiles tracks que van deshojando una historia de ciudad. Así, lleva de la mano al escucha a sentirse en una día ni muy caluroso, ni muy frío; con una pequeña brisa que nos hace sentir en el corazón de una gran metrópoli. De este álbum se desprenden dos sencillos: Bermuda y People can do the most amazing things. Sin un marcado parecido, vibran con electrizantes tendencias y esa particular voz masculina que puede llegar a hipnotizar.

La energía y un ritmo que define este disco conduce hacia un delicado gusto y disfrute de cada acorde y estrofa, melodías sencillas que encantan al mezclar los elementos necesarios para crear música de calidad sin necesidad de formar una banda de varios integrantes. Definir a Kisses bajo la lupa del nuevo Indie-pop y electro-pop puede parecer una aseveración dura; los tintes mutables de este dueto pueden llevar desde la melancolía hasta el éxtasis de nuevos horizontes por conocer reforzando la cita de su página:

“Always leave a little to chance”

(Siempre deja algo para la ocasión).

Visita su sitio oficial: http://blowkisses.info/index2.html

Myspace: http://www.myspace.com/blowkissess

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Eso que amo yo...

A veces no le doy la importancia debida a muchas cosas. Y digo, no es porque sean buenas o malas, simplemente pienso que muchas están sobrevaluadas, pero cuándo descubro que son tan mágicas, diferentes y además interesantes, la situación cambia.

Siempre he dicho que no me puedo callar y que siempre tengo que estar hablando, y es cierto, para que lo niego. Incluso cuándo estoy muy nerviosa, hablo de más, digo pendejadas y suelo cometer muchos errores, porque no pienso lo que digo.

Pero nunca me había puesto a pensar lo mucho que amo platicar, lo padre que es sentarme con alguien de mi confianza [y a veces, hasta con extraños] y entablar una conversación, de esas que pueden durar horas, de esas de las que salen miles de temas, de esas que son cortas, de esas que son rápidas o incluso de esas que tienen mil-y-un chismes que contar. Y más aún, amo platicar de cosas interesantes, de cosas sin sentido, de anécdotas, de sueños, de metas, de personas, de lugares, de todo. No hay tema de conversación que yo pueda decir 'No, de eso/aquello no hablemos'.

Y es que muchas de las veces no puedo evitar hacer un comentario, crítica, señalamiento, cualquier cosa, no sé porque, pero me es inevitable no decir algo respecto a lo-que-sea. Pienso que muchas de las veces las palabras tienen un poco más de sentido que las imágenes y es que es bien padre cuándo ves que alguien está discutiendo pero no puedes escuchar lo que dicen y en cambio tú llenas con diálogos propios dicha pelea, tal vez no son los correctos, pero qué diversión al final de todo.

Por eso hoy quiero decir que ADORO las buenas pláticas, los buenos tiempos, las buenas charlas incluso las buenas discusiones. Y por eso hoy, he decido que no quiero complicarme más mi existencia, aún con todo lo que traigo en la mente, una buena charla siempre me salva. Y eso que amo yo va más allá que sólo H A B L A R, porque en una plática puedes decir tantas miles cosas más :)

Nightmare

La catástrofe está presente en todos nuestros días, a veces me cae bien y a veces no.
Por ejemplo hoy, pintaba para ser un día bien padris, soleadito, buena onda, con ánimo de me cae bien la gente del Estado de México, pues que tengan un bonito viernes.
Y entonces cuando menos lo esperamos, Bang!, todo se viene abajo, ahora sí que como la canción 'Todo se derrumbó..'. Lo que aparentaba ser un día caluroso y medio raro de otoño se convirtió en una tremenda carga para mí.

Yo salí de mi casa tempranito, cuando todavía el sol nos favorecía. Opté por usar sandalias en lugar de botas, porque anteriormente había muerto de calor a causa de eso, decidí no bajar mi chamarra del automóvil porque sabía que solo cargaría en balde, como en los últimos días me venía ocurriendo, entonces la desgracia vino a mí.

Llovió tremendamente, el aire en la universidad era más parecido a cualquier lugar como 'La Marquesa' o 'Las Ventanas' como si estuvieramos a la intemperie en lugar de bajo los edificios y construcciones que se supone tiene mi escuela. No logré comer nada en todo el día hasta después de las 5 de la tarde y eso fueron unas galletas y para el colmo de colmos todos al momento de largarme a mi hogar, recordé que mi coche estaba hasta el final del estacionamiento, nice.

Digo, no es que yo use mi blog para quejarme, pero a veces esto de escribir que en verdad hoy no fue mi día, me ayuda. Lo bueno [y mira que en verdad fue bueno] fue que mis amigos son los mejores de la vida y me prestaron una chamarra para que yo no muriera de hipotermia. Durante la clase más tediosa de mis días al menos los chistes salvaron el día y pude reírme sin parar durante un buen rato y finalmente todos acordamos que al final iríamos a cenar pues nadie estaba dispuesto a seguir sus caminos con el estómago vacío.

Y como dice el dicho "Barriga llena, corazón contento". Todo dejó de ser mala copa y mala vibra después de la comida, igual seguía muriendome de frío pero al menos ya tenía algo en el estómago, ya habían chistes y aunque seguíamos mojandonos como niños de primaria, ya no estaba tan mal el día.

La lección del día, aún cuando la catástrofe amenaza con ser partícipe de tu día y con arruinar todo, ten en cuenta que las cosas podrían estar peor y ahí es cuando todo comienza a tener sentido otra vez.

Ahora ya callate y mejor vamos a ver 'Inglorious Basterds'.
Ay, qué bonito esto de desahogarse :)

Es más tan padre iba mi día que hasta ví esta placa. Thanks God is Friday jaja